A principios de febrero, Randy Carr, director ejecutivo de World Emblem, reservó un billete de avión al Caribe.

El presidente Donald Trump acababa de anunciar un arancel del 25% para México y Canadá, el primero de muchos aranceles para otros países. World Emblem, el mayor productor mundial de parches para ropa, que cuenta entre sus clientes al Departamento de Seguridad Nacional, UPS, la NHL y Levi’s, produce el 65% de sus parches en Aguascalientes, México.

“Llegó rapidísimo y mucho más duro de lo que esperaba”, dijo Carr sobre los aranceles. “Los aranceles del 25% fueron suficientes para decir: ‘Esto es una locura. Tenemos que cambiar esto ya’”.

Si bien el presidente Trump finalmente limitó su arancel del 25% a los bienes que no cumplen con el actual acuerdo de libre comercio de Estados Unidos con México y Canadá, el T-MEC, la incertidumbre en torno al comercio fue motivación suficiente para comenzar a mover su cadena de suministro.

“La semana siguiente estábamos en un avión hacia… República Dominicana”, dijo Carr.

World Emblem, al igual que muchas otras empresas estadounidenses, se esfuerza por trasladar su producción fuera de países con altos aranceles como México y China. (World Emblem produce hasta el 30% de sus productos en China, que actualmente enfrenta un arancel del 30%). Mientras muchas empresas están trasladando su producción a países del sudeste asiático como Vietnam y Malasia, Carr buscó un lugar más cercano: República Dominicana.

La manufactura en la República Dominicana ha crecido exponencialmente en los últimos años, con casi el 20% de la inversión extranjera canalizada hacia el sector, solo superada por el turismo, según la Fundación para la Innovación, la Tecnología y la Información. La inversión extranjera directa (IED) en la República Dominicana aumentó un 7,1% el año pasado con respecto al año anterior, captando el 41% de toda la IED en Centroamérica, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.

El país cuenta con varios factores clave que atraen a las empresas: un gobierno estable, una fuerza laboral calificada, proximidad a Estados Unidos y las llamadas zonas francas, donde se concentra el 60% de la industria manufacturera del país. Las zonas francas, que operan relativamente libres de impuestos, pueden ahorrarles millones de dólares a las empresas.

“El país es famoso por sus playas, pero no tanto por su sector manufacturero”, afirmó Marino Auffant, fundador de Auffant Global Advisory, empresa dedicada a desarrollar estrategias público-privadas en el país para expandir la inversión en manufactura. “Hemos visto, especialmente desde China, que algunas empresas estadounidenses se han mudado o anunciado el traslado de sus operaciones a la República Dominicana en los últimos meses”.

El fabricante de ropa Hanes, la marca de calzado Timberland, empresas aeroespaciales como Eaton Corporation, empresas de TI como Rockwell Automation y empresas de dispositivos médicos como Cardinal Health tienen instalaciones de fabricación en República Dominicana.

World Emblem afirma que ahorrará millones de dólares al año al mudarse a la isla caribeña. Este mes, planea iniciar la construcción de una planta de 9.300 metros cuadrados que abrirá el próximo año. La compañía planea trasladar eventualmente entre el 30% y el 35% de su capacidad de fabricación a República Dominicana.

“Actuamos rapidísimo en este caso. Estuvimos todos los días al teléfono intentando resolverlo”, dijo Carr.

Zonas francas y proximidad

Según el Consejo Nacional de Zonas Francas (ZF) en la República Dominicana, existen 92 zonas francas que albergan a más de 850 empresas. Estas zonas existen desde hace casi 50 años. Si bien no están exentas de aranceles, permiten a las empresas evitar el 100 % de los impuestos sobre la renta, las exportaciones, los impuestos locales y algunos impuestos de importación sobre maquinaria y propiedad intelectual.

“En esencia, las zonas francas de RD operan un conjunto de servicios llave en mano que facilitan y agilizan la realización de negocios en el país”, dijo Stephen Ezell, vicepresidente de política de innovación global de la Fundación de Tecnología de la Información e Innovación.

Una zona franca no es exclusiva de la República Dominicana: existen 135 países con zonas francas, según la Organización Mundial de Zonas Francas. Pero lo que distingue a la isla es su proximidad a Estados Unidos.

Un buque de carga tarda solo tres días en navegar de República Dominicana a Miami y cinco días a Nueva York. Incluso hay planes para ampliar un puerto en el norte del país, lo que podría reducir el tiempo de tránsito a Estados Unidos en un día. En comparación, los buques de carga procedentes de Asia tardan entre tres y cuatro semanas en llegar a la Costa Oeste, y entre cuatro y seis semanas en llegar a la Costa Este.

“Las zonas francas presentan un entorno muy atractivo para la fabricación local, en particular de bienes destinados a la exportación a los mercados de América del Norte”, escribió Ezell en un informe de 2024 sobre el papel del país en la fabricación de semiconductores.

Las zonas francas de República Dominicana también albergan escuelas de capacitación técnica, en las que el país ha invertido para ayudar a capacitar y reclutar empleados para las empresas.

Los salarios también son aproximadamente un 30% más bajos en República Dominicana en comparación con México, un país conocido por su mano de obra barata, según Carr.

Estados Unidos tiene un superávit comercial de 5.400 millones de dólares con la República Dominicana, uno de los mayores de cualquier país. Hasta que la administración Trump aplicó su arancel universal del 10 % a los productos procedentes del país, el Tratado de Libre Comercio entre la República Dominicana y Centroamérica había permitido el libre comercio entre ambos países desde 2004.

“El auge manufacturero de la República Dominicana ha estado acompañado de un creciente superávit comercial con Estados Unidos porque la mayoría de los insumos que llegan a la República Dominicana para las zonas francas provienen de Estados Unidos”, dijo Auffant.

‘Pequeña isla’

Existe un gran obstáculo para las empresas que buscan trasladar su producción a la República Dominicana: el espacio. El país tiene la mitad del tamaño de Carolina del Sur, por lo que el terreno para las zonas francas es limitado.

De hecho, el gobierno ha tenido dificultades para conseguir suficiente espacio para las zonas francas, según Ezell.

“Creo que será un gran paso para la República Dominicana convertirse en una base de manufactura que atienda al mercado asiático a gran escala. Es una isla pequeña”, dijo Ezell.

Y con esa menor huella, se reduce la mano de obra disponible para la capacitación técnica necesaria para la manufactura. La fuerza laboral total de la isla es de 5,41 millones de personas, según el World Factbook de la CIA.

“Creo que es necesario aumentar la fuerza laboral, especialmente en el nivel de ingenieros. Y sé que es una prioridad para el gobierno”, dijo Auffant.

Pero el mayor obstáculo para el crecimiento es simplemente el conocimiento. Es posible que la gente desconozca la capacidad manufacturera del país.

“Creo que eso lleva a que muchas empresas opten por otros lugares por falta de conocimiento sobre la historia de éxito de la fabricación”, dijo Auffant.

Carr, quien dijo que República Dominicana no estaba inicialmente en su radar como un país viable para fabricar sus productos, reveló la forma menos convencional en que descubrió el lugar donde eventualmente invertiría millones de dólares.

Fuente: https://edition.cnn.com/2025/06/04/business/us-companies-manufacturing-dominican-republic