Sudáfrica propuso una nueva legislación para cumplir con las condiciones de Elon Musk para ofrecer su servicio de internet satelital Starlink en su país natal después de que el multimillonario se negara a cumplir con las leyes de empoderamiento negro que calificó de “abiertamente racistas”.

Días después de una tensa reunión entre el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa y su homólogo estadounidense Donald Trump en la Oficina Oval, Pretoria decidió flexibilizar las leyes de acción afirmativa que exigen a los inversores extranjeros en telecomunicaciones vender el 30 por ciento del capital de su entidad local a grupos históricamente desfavorecidos para poder optar a licencias operativas.

El viernes, el ministro de Comunicaciones, Solly Malatsi, propuso que las empresas invirtieran en “programas de equivalencia de capital”, como la contratación de proveedores locales, la creación de un cierto número de empleos o la financiación de pequeñas empresas. La propuesta estará abierta a consulta pública durante 30 días.

El gobierno dijo que el cambio propuesto no eximiría a las empresas de las “obligaciones de transformación”, pero les brindaría una solución alternativa para “contribuir significativamente a la equidad, el desarrollo de habilidades y la inclusión económica”.

Los nuevos requisitos “buscan brindar la certeza política tan necesaria para atraer inversiones al sector”, agregó Malatsi.

Musk , uno de los asesores más cercanos de Trump, se ha quejado durante mucho tiempo de que las normas actuales lo ponen en una situación absurda: nací en Sudáfrica, pero no puedo obtener una licencia para operar allí porque no soy negro. Las autoridades afirman que no ha solicitado formalmente una licencia para Starlink, propiedad de SpaceX, una empresa registrada en Estados Unidos.

Otros operadores internacionales de telecomunicaciones en el país, como la unidad local de Vodafone, Vodacom, han vendido acciones de filiales locales a inversores negros para cumplir con las normas existentes.

El Congreso Nacional Africano, el partido gobernante, ha impulsado desde hace tiempo políticas de empoderamiento de la población negra para abordar las desigualdades raciales creadas durante el apartheid. La proporción de empresas propiedad de personas negras aumentó al 60 % en 2022, duplicándose desde 2019.

Pero los críticos dicen que los requisitos son a menudo un ejercicio de cumplir requisitos, y han sido utilizados de forma abusiva por empresas y políticos corruptos para beneficiar a una minoría selecta, al tiempo que disuaden la muy necesaria inversión extranjera.

Malatsi dijo al Financial Times en febrero que las excepciones de equidad equivalente podrían ayudar “a expandir la conectividad de banda ancha a la cuarta parte de nuestra población que no tiene acceso a Internet, mientras lidiamos con la realidad de que la legislación actual no cubre eso”.

La presión para flexibilizar la legislación se aceleró tras la tensa reunión en la Casa Blanca el miércoles, en la que Trump criticó duramente las “leyes raciales” de Sudáfrica, que, según él, estaban impulsando el éxodo de afrikáners blancos a Estados Unidos.

Posteriormente, Musk asistió a un almuerzo de trabajo con ambos presidentes.

El mes pasado, el vecino Lesotho otorgó a Starlink una licencia operativa de 10 años en un intento de aliviar un arancel general del 50 por ciento impuesto al país por Estados Unidos.
Los analistas en Sudáfrica elogiaron en general la propuesta de equivalencia de capital para las telecomunicaciones, que refleja políticas ya vigentes en algunas otras industrias, incluido el sector automovilístico.

“Si consideramos un servicio como Starlink, esto beneficiaría enormemente a las comunidades rurales”, afirmó Ralph Mathekga, analista político independiente con sede en Johannesburgo. “Es injustificable simplemente exigir el cumplimiento de las normas de empoderamiento negro cuando esto perjudicaría al resto del país”.

Starlink ha demostrado ser popular en otros países africanos con zonas rurales que carecen de conexiones de banda ancha tradicionales. Los políticos han presionado a favor de Starlink argumentando que contribuiría a la educación, la salud y otros servicios sociales. En 2023, solo el 1,7 % de la población rural tenía acceso a internet en casa, según datos gubernamentales.
Aun así, la propuesta ya está atrayendo fuertes críticas de que el país está doblando las reglas de una política básica simplemente para complacer a Musk.
Julius Malema, líder del partido radical de izquierda Economic Freedom Fighters, dijo que “se opondría a Starlink en el parlamento” ya que Musk había difundido la idea desacreditada de que estaba ocurriendo un “genocidio blanco” en Sudáfrica.

Fuente: https://www.ft.com/content/55fbc8e2-2d8a-4484-bf7f-30bb73d16395?shareType=nongift